sábado, abril 01, 2006

il miglior fabbro

Bruno Marcos
Al salir, desde la lejanía, a mi espalda, escuché una voz que decía: “¿Cómo que Aurora Boreal...? ¿Por qué me llamas Aurora Boreal...?
Seguí sin darme la vuelta para no convertirme en estatua de sal por mis pecados poéticos dando explicaciones a los personajes reales de sus dobles literarios, o para no perder, cual Orfeo, a mi Eurídice, la escritura del diario.
Se han enterado, alguien me ha delatado y el blog ha llegado a ellos, a los otros. Sabía que pasaría.
Al día siguiente investigué a cuántos alumnos había llegado la noticia de que existe este blog y de que algunos de ellos salen en él. Culminada la pesquisa les pedí discreción a los cuatro.
Ramsés me dijo: “Mola el nombre que me has puesto”. Luego se quedó meditativo y me preguntó: “¿No entendí yo tu novela?”.
“No... no quería decir eso en el diario –contesté yo- sino que la viviste tanto que creías que fuera verdad de verdad lo que en ella contaba y no una ficción y, por eso, me interrogabas como si yo tuviera todos los datos que te gustaría saber y que no aparecen en el libro”
Entonces miró hacia el horizonte y habló, como para un interlocutor imaginario, porque sólo estábamos él y yo en la calle: “¡Cómo me gusta como escribe Bruno!”
Y, de pronto, esa alabanza, que él apreciase lo que él mismo había vivido a través de mi relato, fue para mí algo totalmente nuevo, virgen. Me pareció que hubiera encontrado en mí una virtud, un don para convertir las cosas normales que nos suceden todos los días en un bien precioso, como quien encuentra un trozo de piedra y lo pule hasta sacar de él un diamante, como si fuera yo un artesano de cosas que no se tocan, un artesano de palabras, de sucesos, de sentimientos, de lo que nos pasa.
Con sus palabras estrené la sensación de ser un fabbro, un artesano de palabras, como en la dedicatoria que hace T.S. Eliot a Ezra Pound al comienzo de La Tierra Baldía, il miglior fabbro.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

JUnio va a ser el mes de las plañideras,el ramo de flores,los detalles,los abrazos entrañables de los alumnos,la lágrimas olvidadas,dónde vas?,las últimas dedicatorias...bendito estoicismo.yo me vendría abajo.

abril 05, 2006 10:38 a. m.  

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